Cómo ya hablamos en otro artículo, la higiene bucal es muy importante para evitar problemas cómo caries, enfermedad periodontal o periimplantitis en el caso de los implantes dentales.
Existen distintos instrumentos que nos va a ayudar a alcanzar con éxito nuestra meta, que es una higiene correcta:
- El cepillo dental: se recomiendan cepillos de dureza media o suave, en función de la presión que hagamos con nuestra técnica habitual. La presión no debe ser excesiva para no lesionar dientes ni encías. Pueden ser manuales o eléctricos.
- El hilo dental: hay mucho tipos, hilo, seda, cinta, con cera, sin cera... Se utiliza para eliminar los restos entre los dientes y el surco gingival interproximal al que no llegan las cerdas del cepillo. Los arcos dentales son un aparato que tiene incorporado el hilo dental para hacer más sencilla su utilización. Hay ocasiones, en que el hilo dental convencional no puede introducirse entre dientes porque exista un puente uniéndolos o incluso un retenedor fijo de ortodoncia. Para estas situaciones, existe un hilo especial de la casa Oral B llamado Superfloss®. Tiene un extremo menos flexible que permite "enebrarlo" por debajo del puente o el retenedor, a continuación una esponja y luego hilo convencional.
Superfloss Oral B®
- El cepillo interdental: cuando hay separación entre los dientes. Los hay de distintos grosores. Hay que elegir el más adecuado para que efectúe el arrastre mecánico de manera eficaz, pero sin forzar ni lesionar los tejidos.
- El irrigador bucal: se trata de un aparato que tiene un tanque, que se rellena de agua, y una boquilla, por la que sale agua a presión, la cual se puede graduar. Los hay con cable o inalámbricos. Son complementarios al cepillado y al hilo dental, por tanto no los sustituyen. Se utilizan a continuación para arrastrar lo que no hayan eliminado los anteriores. Son muy útiles cuando se trata de puentes sobre dientes naturales o implantes, es decir, protesis fijas o coronas que están unidas entre sí y no permiten el uso del hilo convencional, y que acumulan restos de alimentos debajo del puente.
- Las pastas dentales y los colutorios: aquí se engloban multitud de composiciones. En función del tipo de patología a la que se tenga más propensión, o de la fase del tratamiento en la que se encuentre, el dentista recomendará uno u otro.
Vamos a ahondar ahora en los procedimientos a seguir:
- En el caso de los cepillos manuales, la más recomendada para cepillarse es la técnica de Bass modificada:
Apoyando el cepillo en ángulo de 45° entre encía y dientes, se hacen movimientos pequeños y suaves horizontales, como de vibración sin hacer presión sobre la encía, cada 2 ó 3 dientes, para finalmente arrastrar el cepillo hasta el borde de los dientes verticalmente. El primer movimiento permite a las cerdas del cepillo introducirse en el surco gingival, y el segundo arrastra hacia fuera los restos atrapados por las cerdas. Finalmente, no nos debemos olvidar del cepillado de las caras oclusales de los dientes mediante la técnica horizontal.
- A continuación se utilizará el hilo o seda dental o el cepillo interproximal, según el espacio que haya entre los dientes.
Para utilizar el primero, se corta un tramo de unos 40cm de largo y se enrosca en los dedos corazón, quedando así el pulgar y el índice libres para manipularlo. Se introduce despacio sobrepasando el contacto interproximal tratando de no dañar la papila interdental. Una vez en esa zona, apoyando contra un diente, se desliza el hilo entre la encía y el diente, hasta donde entra sin producir dolor. Antes de quitar el hilo se hace lo mismo contra el otro diente. A medida que el hilo se va deshilachando, se desenrosca hilo de un dedo y se enrosca en el otro. La introducción del hilo del arco dental se hace de la misma manera.
El cepillo interdental se pasa de lado a lado entre los dientes frotando suavemente las caras adyacentes interproximales de los dientes.
- Si se trata de un cepillo eléctrico, los más recomendables son los de movimiento rotatorio oscilante, puesto que arrastran más placa blanca que los vibratorios. La forma correcta de usarlos es colocando el cabezal sobre cada cara de cada diente 2-3 segundos y permitir trabajar al giro del cepillo. No es necesaria una presión excesiva, para no lesionar la encía. Los cabezales finos permiten su uso entre dientes haciendo las veces de un cepillo interproximal.
En la clínica Sorrisos, te enseñamos a utilizar los instrumentos y técnicas más adaptadas a tu boca. Consúltanos y te aconsejaremos encantados.