El absceso periapical, es una lesión que se produce en el contorno de la raíz que supone la destrucción de hueso debido a la infección. Puede dar lugar a la aparición de una fístula, que es el trayecto por el que el pus busca salida perforando el hueso. Si el pus no logra abrirse camino se puede producir el "flemón" que cursa con la inflamación de la cara, y que puede llegar a extenderse a todo el hemilado correspondiente, y afectar a planos más profundos pudiendo ser necesario incluso el tratamiento hospitalario o poner en riesgo la vida del paciente.
Además de la hinchazón, aparece dolor de moderado a intenso, puede haber inflamación de los ganglios linfáticos debajo de la mandíbula o en el cuello, fiebre, olor desagradable en la boca, y si rompe el absceso apareciendo la fístula aparece un sabor salado y desagradable aliviándose el dolor.
Las causas más frecuentes son: una caries no tratada que acaba produciendo la necrosis pulpar ("de los nervios y vasos sanguíneos del interior del diente), una infección previa no resuelta o reactivada, la necrosis pulpar producida por una sobrecarga oclusal mantenida en el tiempo...
El miedo que, históricamente, muchas personas todavía le tienen al dentista, suele ser la causa de los casos más graves de infección. Esto se debe a que, en vez de acudir al dentista para tratar el diente afectado, realizan un uso abusivo de antibióticos. De esta manera, no sólo no resuelven el problema, sino que aumentan la resistencia de las bacterias a los antibióticos, con lo cual la infección se reactivará periódicamente, aumentando cada vez más la lesión y haciendo que el tratamiento sea cada vez más complejo.
En los casos más sencillos, el tratamiento de un absceso es la endodoncia mediante el tratamiento de conductos. A medida que se vuelve más complejo puede ser necesario el drenaje de la infección sumado al tratamiento antibiótico. En estos casos, el tratamiento de conductos puede tener que realizarse en varias sesiones para eliminar la infección. En caso de que el diente no se pueda restaurar, habrá que proceder a la extracción, pero eso dependerá de la destrucción que presente.
A continuación, un caso de infección recurrente por culpa de la raíz de la pieza 15, que es restaurable, aunque con pronóstico reservado, y la raíz del 16 que no es restaurable. En la radiografía periapical previa, la lesión es tan grande que no se aprecian sus límites. En la radiografía panorámica se observa un tamaño de unos 2 cm de diámetro con desplazamiento de la cortical del seno maxilar.
Ortopantomografía donde se aprecia el gran tamaño de la lesión
En el CBCT, podemos apreciar los límites tridimensionales, donde se ha perdido la cortical vestibular. Se trata de un caso muy extremo, donde el objetivo del tratamiento es recuperar el hueso perdido y eliminar el riesgo de comunicación del absceso con el seno maxilar devolviendo la normalidad a las corticales. No se plantea la extracción de la pieza 15 inicialmente porque, debido a la gran infección, podría producirse una comunicación orosinusal complicada de resolver.
Cortes del CBCT previo al tratamiento
Recreación 3D del CBCT previo al tratamiento
Se hizo el tratamiento de conductos del 15 tras varias sesiones en las que hubo que drenar el pus a través del diente antes del cierre y sellado final con MTA. Cuando se redujo lesión se extrajo la raíz del 16.
Radiografía periapical final tras la endodoncia
Se realizaron controles periódicos para comprobar la curación y regeneración de hueso completa. Tanto en las radiografías periapicales, panorámica como en el CBCT se aprecia el restablecimiento de las corticales.
Radiografía periapical tras 2 meses de cicatrización
Ortopantomografía tras 2 meses de cicatrización
A los 9 meses ya se ha recuperado casi toda la cortical vestibular, y se redujo el tamaño de la lesión a menos de la mitad. Aunque para la recuperación completa aún es necesario esperar unos meses más.
Ortopantomografía tras 9 meses de cicatrización
Cortes del CBCT tras 9 meses de cicatrización
Recreación 3D del CBCT tras 9 meses de cicatrización
En cuanto termine la cicatrización se valorará la mejor opción rehabilitadora para las piezas 15 y el 16. Pero gracias a la endodoncia, hemos evitado una extracción, cuya cicatrización se hubiera complicado y se habría perdido mucho hueso, teniendo que recurrir a técnicas de injerto de hueso, en caso de querer reponer con implantes.
Por eso, en la clínica dental Sorrisos, en Pontevedra, entendemos que muchas veces la solución más conservadora puede ser la mejor opción, siempre de manera estudiada y siendo muy cuidadosos en el tratamiento.